Que la talla sea información y no un juicio
Tallas grandes, tallas pequeñas, tallas medianas, tallas curvy, tallas únicas…
¿Por qué nos obsesionamos con las tallas?
O con ponerle nombres todo: que si cuerpo pera, que si reloj de arena, que si botella de cierto refresco americano… un cuerpo es un cuerpo y tiene una o varias tallas de ropa según el día, la marca o la prenda en concreto.
Nos gusta tanto ponerle nombres a las cosas que no nos paramos a valorar si vale la pena hacerlo.
Moda inclusiva y cuerpos no normativos
He aquí el detonante del post de hoy.
¿Qué leches es un cuerpo no normativo? ¿Es que hay que tener una normativa para regular los cuerpos?
A veces, intentando hacer las cosas bien, se lía parda y esto de los cuerpos no normativos y la moda inclusiva nos ha hecho estallar la neurona. Y mucho.
Hablar de cuerpos no normativos o de moda inclusiva implica que hay un cuerpo perfecto que ejerce de guía y ejemplo. Si un cuerpo no se ajusta a esa perfección, lo aceptamos porque somos buenos y lo ponemos en la categoría de cuerpos no normativos… sin comentarios.

Que si #bodypositive, body neutrality… y así podría seguir mencionando etiquetas y hashtags hasta mañana.
Las tallas tienen un poder psicológico increíble, les hemos dado el poder de dictaminar juicios sobre nuestro cuerpo y sobre cómo nos sentimos.
Este poder de alimentar nuestro ego o nuestras inseguridades no lo tienen solo las tallas grandes (o tallas curvy que parece quedar más moderno…), las tallas pequeñas también pueden generar complejos e inseguridades.
Al hablar de cuerpo no normativo o de moda inclusiva se podría pensar en todos los atletas que tienen una musculatura más desarrollada que la mayoría o a gente muy alta en países donde la media de altura es más mediterránea, pero no.
En todas las publicaciones acerca de este tema se habla de tallas grandes o de tallas curvy. Y esto nos plantea un par de preguntas clave.
¿A partir de qué talla podemos considerar que una talla es grande? ¿Se coge la talla más vendida como referencia o se usan estándares de belleza dudosos?
La talla más vendida

Me ha parecido muy curioso que en los informes más recientes de consumo de moda no aparece el dato de la talla más vendida.
Por allá por 2014, varios medios se hicieron eco de una noticia informando que la talla más vendida era la 44, pero ojo al dichoso dato, que tiene más secreto de lo que parece.
¿Es la talla de pantalón? ¿De camiseta? ¿De camisa? ¿Es la media entre hombres y mujeres? ¿Es moda joven o moda adulta? ¿En qué se basaron entonces al publicar ese dato?
Increíble cuántas preguntas puede desencadenar un dato lanzado al aire. No vale la pena obsesionarse con datos de 2014, pero sí pensar en el porqué de las cosas y plantearnos las preguntas correctas.
En un estudio posterior de Asecom, se comenta que las tallas más vendidas entre las mujeres españolas son la 42 y la 44 y que a partir de la talla 48 se considera una talla grande. En ela publicación se plantea un tema importante.
“En general las tiendas prefieren tener variedad de modelos antes que variedad de tamaños”
Que lo entendemos y puede hasta ser un planteamiento muy válido si tienes muy segmentado tu buyer persona. Si vendes ropa para niños no tendrás unos pantalones para alguien que mida 2 metros, pero al hacer el estudio de tu buyer persona tienes que mirar al mundo real, no el de las pasarelas.
Un buen ejemplo de que el cabio es posible es Mango que ha comunicado el cierre de las tiendas Violeta apostando por normalizar la variedad de tallas ampliando la gama de Mango Woman.
¿Cuál es la talla más vendida en 2021?
Como nos picaba la curiosidad, hemos buceado en nuestro Naiz Brain para ver cuáles eran las tallas que se han vendido más en los ecommerce de nuestros clientes.
Hemos sacado una cantidad de datos que vale la pena estudiarlos en detalle porque tienen mil matices, por ahora te dejamos algunos rasgos generales.

Estos datos corresponden a las ventas totales de productos que pueden estar recomendados por Naiz Fit incluyendo las ventas que se han generado con y sin recomendación de talla.
Solo el 12% de las ventas que han pasado por nuestro cerebro este año corresponden a tallas numéricas (38,40…).
Los datos que hemos recogido nos plantean varias preguntas nuevas que tenemos que madurar.
¿Por qué hay productos en los que preferimos S-M-L a 36-38-40? ¿En todos los países una M es una 40? ¿La talla numérica es mejor para consumidores de ciertos grupos de edad?
Les daremos un buen meneo y te contaremos los detalles.
Lo que está claro es que el problema de las tallas no es si son grandes o pequeñas, el problema es darle el poder de juzgar cuando su papel es solo el de informar.