Las medidas que sí importan en 2022
Entre análisis del 2021 y previsiones de bola mágica para 2022 andamos.
Pero ¿podemos realmente hacer previsiones?
Con los mil cambios e imprevistos de estos últimos años no sé para qué seguimos comparando tamaños, que no todo es ver quién la tiene más grande.
¿Qué más da que en 2021 las exportaciones en moda española hayan crecido un 27 %, si en 2020 tuvimos las fronteras cerradas durante meses? ¿Es práctico tener en cuenta que han crecido un 1.4 % respecto al 2019 cuando el e-commerce estaba pse pse?
Mirar al 2022 con otros ojos
Cadenas globales de suministro que se han roto, puertos colapsados, fábricas paradas y precios de materia prima y energía en máximos.
Resulta que el 25 % de los pijamas de Victoria Secret llegarán tarde este año. ¿Y ahora qué se pondrán los ángeles para ir a dormir?…
2021 fue un torbellino. Entre ola y ola los grandes de la moda más tradicional se lanzaron al online y los pure players online bajaban al mundo físico para abrir sus propias tiendas.
¿Locura?
Pues no. Lo de be water my friend (que adaptarse o morir es un poco deprimente) está a la orden del día.
Ahora solo falta que nos lo creamos y hagamos algo con ello.
2022 es una buena oportunidad para replantear muchas cosas y en el dossier anual de modaes encontramos detalles muy interesantes.
Cambiando el punto de vista
Producir a lo loco, tallas descontroladas, fast fashion, cómo acelerar el fast fashion…
Para. Respira. Piensa.
Hemos visto montañas de prendas destruyéndose al no venderse, márgenes que se han ido reduciendo y un consumidor al que le encanta lo de cotillear, probar y devolver ropa sin pensar en las consecuencias.
¿Por qué?
Porque podía. Al pensar en cantidad más que en calidad la moda se fue alejando de a poquitos de lo que importa. Del cuerpo de las personas que la vestirán.
Esas personitas que van a tu tienda para buscar esa prenda perfecta para la entrevista de trabajo del lunes. Esa búsqueda del tesoro seguida de la emoción de estrenar algo nuevo.
Si se produce por producir se le quita personalidad a las prendas, la ilusión de estrenar algo especial, se convierte en una transacción al mejor postor. Una simple solución a aquello de tener que ponerse algo para salir a la calle.
Año nuevo, moda nueva
La relación que tiene que marcar el futuro de tu colección es la que tengas con tus clientes, no con tus proveedores.
¿Políticamente incorrecto? Puede, pero una verdad como la copa de un pino.
El aumento de las ventas online ha abierto una nueva ventana de comunicación entre moda y amantes de la moda. Ya no opinan solo los críticos o los “entendidos”. La gente real es la que manda y ahora podemos medirlo.
¿Cómo?
Olvídate de las métricas tradicionales y de las encuestas de satisfacción, que sí, que ayudan. Pero demos un paso más.
Las opiniones tras una compra suelen ser subjetivas, si te ha gustado la prenda y la talla te va bien será todo muy bonito y olvidarás los detalles incómodos. Pero si la talla no te va, todo es un drama. Todo.
Ahí es donde entramos nosotros.
En el paso previo. Escuchamos a nuestros testers, amantes de la moda que prestan sus cuerpos a la ciencia para probar tus prendas y ver qué talla les va bien de una manera objetiva.
No están de compras así que no están sujetos a las emociones que eso conlleva. Están siendo parte de algo más grande y eso les hace ser objetivos y detallistas.
Eso no quita que se acaben enamorando de alguna prenda y se conviertan en nuevos clientes.
Esos son los datos que te permitirán cambiar el punto de vista y mirar al 2022 con otros ojos. Donde otros recomiendan, nosotros acertamos la talla devolviendo la ilusión a tus clientes.